Tendencias económicas que marcarán el 2024

Tendencias económicas que marcarán el 2024

En un año marcado por la desaceleración moderada pero consistente, las fuerzas que configuran la economía global ofrecen lecciones críticas para gobiernos, empresas y ciudadanos. Este análisis recoge las cifras más relevantes, los contextos regionales y los riesgos emergentes, sustentado en las perspectivas del FMI, el World Economic Forum y autoridades nacionales.

Crecimiento económico global y regional

El crecimiento mundial estable pero decepcionante alcanzó en 2024 aproximadamente un 3%, por debajo de los promedios previos a la pandemia. Estados Unidos corrigió al alza sus proyecciones gracias a la solidez del mercado laboral y el gasto del consumidor, aunque muestra señales de moderación hacia finales de año.

Europa enfrentó mayores desafíos, con un crecimiento del PIB de España cercano al 1,5%, condicionado por políticas monetarias restrictivas y tensiones geopolíticas. En Asia, países como China e India se destacaron por su dinamismo, sostenidos por inversiones en tecnología y semiconductores.

  • Estados Unidos: crecimiento por encima de expectativas
  • Europa: recuperación moderada y desigual
  • Asia: impulso en manufactura y tecnología
  • América Latina: recuperación heterogénea y endeudamiento

Inflación y política monetaria

La tendencia de desinflación global y giro de política monetaria se consolidó, con un IPC de la eurozona ubicado en el 2,4% y un núcleo en 2,7%. En Estados Unidos, la inflación general cerró el año en 2,7%, mientras China logró salir de la deflación tras un período prolongado.

Los bancos centrales mantuvieron los tipos de interés elevados hasta mediados de 2024, pero se prevé un giro gradual hacia políticas más laxas en la segunda mitad del año y principios de 2025, buscando impulsar la actividad sin renunciar al control de precios.

Mercado laboral y consumo

El mercado laboral se mantiene robusto en regiones clave como Estados Unidos y parte de Europa, sosteniendo el consumo privado pese a una desaceleración económica general. No obstante, la moderación salarial y la menor creación de empleo en algunas economías han limitado el crecimiento de los ingresos reales.

El gasto de los hogares sigue siendo un pilar fundamental, aunque con una tasa de crecimiento inferior a la observada en 2021 y 2022. La confianza del consumidor ha mostrado altibajos, especialmente ante la expectativa de cambios en políticas fiscales y monetarias.

Desafíos fiscales y endeudamiento

Los elevados niveles de deuda pública global continúan restringiendo el espacio fiscal de los gobiernos. En España, el déficit público se situó en torno al 3,5% del PIB y la deuda superó el 107%, por encima de los límites marcados por la Unión Europea.

El aumento en los costes de servicio de la deuda, producto de los tipos altos, reduce la capacidad de los Estados para ejecutar estímulos adicionales y obliga a priorizar la consolidación fiscal.

Transformación tecnológica y digitalización

La inversión en inversión global en transformación digital y manufactura avanzada ha sido un motor clave de productividad. Sectores como la inteligencia artificial, la automatización y el big data demandan talento cualificado, generando competencia por perfiles especializados.

La reubicación de cadenas de valor en Asia y Estados Unidos refuerza el liderazgo de estas regiones en innovación, aunque plantea retos de sostenibilidad y dependencia tecnológica.

Sostenibilidad y economía verde

La economía apuesta por la economía sostenible y transición energética, con políticas de impulso a energías limpias y proyectos de economía circular. Tras la crisis energética europea de 2022-2023, la diversificación de fuentes ha cobrado protagonismo.

  • Inversiones en energías renovables
  • Proyectos de eficiencia energética
  • Economía circular y gestión de residuos

Geopolítica y riesgos globales

Los riesgos geopolíticos y fragmentación global continúan afectando los costes energéticos y las cadenas de suministro. El conflicto en Ucrania, las tensiones entre China y Estados Unidos, y las crisis en Oriente Medio generan incertidumbre en mercados y empresas.

Las próximas elecciones en Estados Unidos y los cambios de gobierno en varias economías emergentes podrían redefinir la colaboración internacional y las políticas comerciales.

Perspectivas y recomendaciones

La interconexión de interconexión de políticas monetarias y fiscales se perfila como un elemento clave para mitigar shocks sincronizados. Se recomienda:

  • Coordinar estímulos con enfoque multilateral.
  • Priorizar inversiones en digitalización y sostenibilidad.
  • Adaptar los marcos regulatorios a la nueva realidad tecnológica.

En conclusión, el año 2024 se define por un equilibrio frágil: crecimiento moderado sin recesión, desinflación progresiva y estable y transformación tecnológica acelerada y disruptiva. La coordinación internacional y la apuesta por la sostenibilidad serán determinantes para aprovechar las oportunidades y mitigar riesgos en el horizonte próximo.

Por Bruno Anderson

Bruno Anderson